Dentro de las posibles alternativas de excursiones que se
pueden hacer en las cercanías de Tokio, están Kamakura y Nikko.
Yo me decanté por la primera opción, ya que se encuentra a
una hora de la Estación de Tokio cogiendo la línea Sobu Line (760 yenes el
trayecto, unos 7,5 euros) y también por que en la ruta que contaré más abajo,
el punto final son las costas del Océano Pacífico y con unos carteles indicativos
en las playas, que para nuestro caso, puede resultar llamativo pero para los
japoneses, es una realidad con la que deben convivir, los temidos tsunamis.
La visita a Kamakura, al igual que otros lugares del Japón,
debe organizarse de manera muy temprana ya que la gran mayoría de los templos a
visitar terminar a las 17:00 horas.
Si se organiza un viaje al Japón, sin salir del area de
Tokio, la ruta por Kamakura es un buen sustitutivo de Kioto a la hora de ver
impresionantes templos budistas.
Como lugares recomendables a visitar (en mi caso, para mayo
de 2012, 1 euros=100 ¥) , están los siguientes
- Estación Kita Kamakura
- Templo Engakuji. A unos pasos de la estación.
- Templo Tokeiji. A cinco minutos de la estación. 100 ¥
- Templo Jochiji. A cinco minutos de la estación. 300 ¥
- Estación Kamakura
- Tsurugaoka Hachimangu (a 10 o 15 minutos estación).
- Estación Hase
- Gran Buda Daibutsu (a cinco minutos de la estación). 200 ¥
- Templo Hase (a cinco minutos de la estación). 300 ¥
Para ir de una estación a otra, el mejor medio de transporte
es el tren y entre un tramo y otro, son unos cinco minutos de trayecto.
KITA KAMAKURA
Es quizá de las tres estaciones, donde menos turistas se ven
aunque eso no es hándicapa para no dejar de visitarla. Como digo, si se
planifica bien el día y se llega temprano, se puede ver muchas cosas. El pueblo
de Kita Kamakura, me pareció el típico pueblo japonés, donde el tiempo no
transcurre y se respira una paz total. Desde la estación de trenes, veremos
carteles indicativos que nos indicará la dirección y distancia a cada templo.
Sin duda alguna, destaca el Templo Engakuji, con sus grandes
jardines y la hermosa arquitectura de sus templos. A aquellas personas que les
guste la jardinería, Japón es su paraíso particular. Es impresionante lo
cuidado que están y la sofisticación que se busca en ellos.
KAMAKURA.
Al llegar a la estación de Kamakura, nos damos cuenta que
estamos ante una localidad mucho más grande, llena de negocios y de restaurantes
de comida rápida enfocada al turismo.
Con respecto al turismo, he de hacer un inciso. Justo unas
semanas antes de ir al Japón, en un programa de televisión (Callejeros
Viajeros) dedicado a Kioto, indicaba que era una de las ciudades más visitadas
del Japón, con 50 millones de turistas ¿? pero de esos 50, 49 millones eran
japoneses. Y en efecto, lo noté en las dos semanas que estuve en el Japón. Creo
que si vi 100 turistas occidentales en total (y en Japón es fácil reconocerlos) fue mucho.
Entre la lejanía, el precio de los billetes, ese supuesto choque cultural, la
carestía de la vida (muy relativa porque Londres, Oslo o Estocolmo me han
parecido mucho más caras) pues está claro que forma un conjunto que hace que el
Japón tal vez no sea la primera opción turística. Tampoco, si nos damos
cuenta, es un país que se promocione mucho turísticamente. Tal vez huya de la
masificación turística pero a los que llegamos allá, se abren y se entregan
totalmente, siempre con una sonrisa en la boca y dispuesto a ayudar.
Bueno,
siguiendo con Kamakura, aquí destaca principalmente el Templo de Tsurugaoka
Hachimangu. El santuario está dedicado a Hachiman, al patrocinador dios de la
familia de Minamoto y del samurai en general.
En
año nuevo, es una de las principales atracciones turísticas en Japón, con más
de dos millones de visitas. Nuevamente, en este santuario, nos encontramos con
un gran estanque y cuyas orillas sirve de lugar para picnic de muchas familias
japonesas.
HASE
Y
nuestra parada en esta excursión, termina en Hase.
Si
todavía se tienen ganas de ver templos, el de Hase es uno de los más bonitos.
Pero si hay ganas pero no tiempo (tal vez), entonces nos debemos decantar
claramente por visitar una figura del Gran Buda (Daibatsu), que es la segunda
más grande del Japón, con 13,35 mts., después de la de Nara (que hablaremos en
la próxima entrada). Es realmente impresionante dicha escultura, digna de estar
un buen rato contemplándola.
Y ya
como destino final de nuestra singladura, está claro que si nos encontramos en
una ciudad costera al este del Japón, irremediablemente, estará bañada por el
Océano Pacífico y no todos los fines de semana, se puede ver. Había que ir a
verlo.
Ya en
las cercanías de la playa de Kamakura, pudimos ver los carteles que comenté
anteriormente, las distintas precauciones a tener en cuenta a la hora de un
tsunami. Es algo con lo que el Japón tiene que convivir y por tanto, aquí se
convierte en una necesidad. El día no acompañaba para tomar un baño (ni tampoco
iba preparado en la vestimenta) pero si al menos tocar el agua y cubrir uno de
esos hitos que a veces nos imponemos los seres humanos, en este caso estar en
los cinco océanos. A mi me quedan el Glacial Ártico y Antártico.
Ya en mi ultima entrada, hablaré de Nara e Inari, muy cerca de Kioto.
Algunas fotos que saqué de dicho día:
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