Con esto, empiezo mi ultima crónica de mi viaje al Japón.
Hablaré de una excursión que se puede hacer de un día, que es a la ciudad de
Nara y también de la localidad de Inari.
La ciudad de Nara, es muy importante en la historia del
Japón, ya que fue la primera capital permanente que tuvo. Fue fundada en el año
710 y ostentó la capitalidad hasta 784 y eso ha repercutido positivamente en su
legado histórico, al ostentar ocho monumentos declarados patrimonio unviversal
por la UNESCO.
El trayecto desde Kioto, dura unos cincuenta minutos y existen
dos opciones. A través de JR Lines (así podemos utilizar el JR Rail Pass) o a
través de Kintetsu Nara Station. Si llegamos a través de JR Lines, el hándicap
que tendremos es que dicha estación está un poco más lejos de las principales
atracciones que la de Kintetsu Lines pero tampoco a una distancia exagerada que
nos haga desistir de dicha posibilidad. Tratándose de JR Lines, el precio del billete es de 690 yenes (unos 7 euros).
La localidad de Nara, se encuentra en todos los recorridos
turísticos que se ofrecen en Japón, por tanto, debía ser una opción segura.
Al ir caminando desde la estación de trenes al Parque de
Nara (donde se encuentran las principales atracciones de dicha ciudad), nos
encontramos con el Templo Kofuku-ji, caracterizado con dos pagodas, una de tres
y pisos y otra de cinco. En el momento que fuimos (mayo de 2012), se
encontraban en obras y rodeadas de andamios y redes metálicas, y por tanto
perdía parte de su encanto. Esta primera visión, nos sirvió para ver la
herencia histórica que tenía Nara por ser la primera capital nipona.
Al irnos acercando al parque que comenté anteriormente, ya
vimos por lo que Nara es famosa en Japón y es ver una gran cantidad de ciervos
viviendo libremente y cuando digo libremente, me refiero en todo su contexto.
Es muy llamativo, al menos en mi caso, ver como existía una gran cantidad de
estos animales como si formara parte de la vida cotidiana y mezclándose con la
gente como un elemento más de la sociedad. Allí, la gente le daba galletas,
frutos secos, etc.
Una vez más, se demostraba la educación japonesa por tener
respeto por cualquier tipo de vida ya que a los animales, no se les notaba
asustadizos como a veces he visto en Europa. Sin duda, son de esos momentos que
parece que uno está en una novela o en un mundo diferente. Así transcurrió
nuestro camino hasta el principal monumento, con ciervos a los lados y
acercándonos dócilmente cuando sacabamos comida de la mochila, que dicho sea de
paso, estos animales como muchos, tienen memorizado el ruido de los plásticos
ya que lo asocian a a comida.
Y llegamos a la principal atracción de Nara y uno de los
lugares más visitados del Japón, el Templo Todaiji (la edificación de madera
más grande del mundo) y que en su interior alberga la estatua de Buda
(Daibatsu) más grande del país, con 16,2 mts. Ponerse a los pies de dicho Buda,
es impresionante, dando una sensación de autoinsignificancia. El precio para ver ambos lugares es de 500
yenes (unos cinco euros en mayo-2012) y como en todos lugares importantes del
Japón, hay que tener en cuenta el horario de apertura, de 7:30 a 17:30 de abril
a octubre y de 08:00 a 16:30, de noviembre a marzo.
Continuando en el Parque de Nara, en la que el templo
anterior se encuentra en el, nos encontramos con el Santuario Kasuga
Taisha. Es un lugar, que al igual que muchos otros que vimos su máximo
exponente lo comentaremos más adelante en la crónica de Inari, y es que destaca
ampliamente el color naranja. Es un lugar muy utilizado para celebraciones
tradicionales y su entrada está flanqueada por cientos de faroles, lo cual le
da un toque mucho más ancestral y de espiritualidad.
La visita a estos dos templos, rodeados de un marco
incomparable que es el Parque de Nara y rodeado de cientos de ciervos, fue sin
duda un momento de relax y desconexión total. Como indiqué en otras entradas,
es increíble como se cambia de ambiente en dicho país en unos pocos cientos de
metros.
Existían otros templos interesantes en Nara tales como el
Templo Horyuji (40 minutos en bus desde la estación de Nara) y el Templo
Toshodaiji (a 15 minutos en bus) pero el
tiempo nos colapsó con las visitas que comenté y debiamos ir a Inari, otro
referente y lugar distinto al que habíamos estado visitando.
Algunas fotos de Nara:
Ciervos en las calles de Nara |
Templo Todaiji |
Templo Todaiji |
Gran Buda (Daibatsu) |
Gran Buda (Daibatsu) |
Gran Buda (Daibatsu) |
Templo Kasuga Taisha |
Templo Kofuku-ji |
INARI
Hay que tener en cuenta que para ir de Kioto a Nara, la
duración en tren es de unos cuarenta minutos. Al volver a Kioto, si lo hacemos
con un tren regional, llegaremos a la estación de Inari y a tan solo cinco
minutos de la Estación de Kioto. Por tanto, visitarla se puede hacer como
complemento de Nara o en todo caso, por la cercanía, darse un pequeño salto.
La localidad de Inari, con un poco de humor, sería el lugar
ideal de los hinchas holandeses. Lo digo por el resalte del color naranja que
veremos en todo momento. Nada más salir de la estación, nos encontraremos con
un gran Torii (un Torii es la famosa puerta que da acceso a los templos
japoneses) y cuando lo atravesamos, nos encontramos con el Templo Fushimi
Inari, el más famoso de los múltiples dedicados a Inari, el dios shinto del
arroz y que los zorros son sus mensajeros.
Al ver el templo, justo por unas escaleras y bien
señalizado, llegamos a la principal atracción, los torii de Inari, una
concatenación de cientos de ellos y que como verán en las fotografías, es una
sensación de relajación y armonía que adquiere uno al caminar por ellos. Si se
desea hacer el camino entero, es de unas dos horas pero con media hora, quizá
sea suficiente. Es recomendable hacerlo a la hora de la tarde, cuando la luz
del sol se va atenuando y formando una combinación perfecta con esos tonos
naranjas.
Y con esto, termino mis crónicas del Japón. Se que volveré así que lo dejo como un hasta luego. Otra persona más (y se de muchas) que han caído en el embrujo de ese gran país.
Algunas fotos de Inari:
Templo Fushimi Inari |
El marketing, muy presente en Japón |
Consecución de torii |
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