Tras estar un día un Lima, nos dirigimos al Aeropuerto
Internacional Jorge Chávez con destino al Titicaca peruano.
Cuando se quiere acceder a dicho lugar desde la capital
peruana, está la opción de ir por carretera, que son en total unas 17 horas y
cuyas principales compañías son Cruz del Sur y Olmedo. Esta era la idea inicial
pero tras indagar un poco por Internet, en Perú, hay una feroz competencia
entre líneas aéreas y se pueden conseguir precios interesantes. En nuestro
caso, nos decantamos con la compañía TACA (
www.taca.com).
He de decir que el servicio, nos pareció excelente, con una
gran puntualidad en los tres vuelos que cogimos (Lima-Juliaca, Cuzco-Arequipa y
Arequipa-Lima), siendo el precio total de los tres billetes y para dos
personas, de unos 150 euros. Teniendo en cuenta que los trayectos duraban poco
más de una hora en avión, la inversión realizada, estaba más que justificada.
El aeropuerto principal que sirve de enlace al Lago Titicaca
por el lado peruano, es el de Juliaca. No dejaría de ser un viaje más en avión
si no fuera por ese temor que teníamos de coger un vuelo a cero mts de altitud
y tras una hora, plantarnos a unos 3.700 mts y con el correspondiente mal de
altura, o como se le llama aquí soroche.
Antes de mi relato por aquellas latitudes (y nunca mejor
dicho), contaré un poco mi experiencia con el soroche.
Al bajar del avión, en el aeropuerto de Juliaca, no notamos
nada en especial e incluso mi mujer y yo comentamos que tampoco era para tanto.
Nos esperabamos una sensación de asfixia pero no. Quizá, los efectos nos vino
ya al terminar el día, cuando nos dirigiamos al hotel. Es una sensación un poco
fuerte, de cómo si a uno se le fuera a reventar la cabeza, con grandes dolores.
Asimismo, no tuvimos que esperar a la noche para darnos cuenta que subir unas
pocas escaleras, ya dejaba a uno asfixiado. Recomendaciones hay muchas, una es
no comer mucho pero estando en el paraíso gastronómico que es Perú, esa es mala
opción. Otra posibilidad es tomarse el primer día en la cama para readaptación,
pero perder un día de vacaciones… Tal vez es un poco de paciencia, a los dos o
tres días, uno ya está habituado. Si se desea tomar algo, en Perú, hay farmacias
de nombre Inka que venden unas pastillas precisamente para el mal de altura.
Tras llegar al Aeropuerto de Juliaca, lo normal es dirigirse
a la ciudad de Puno, que es normalmente el cuartel general que uno se establece
al visitar el Lago Titicaca por el lado peruano. Quizá la opción con mejor
relación calidad/precio es coger un bus que parte directamente hacia Puno y que
espera a los viajeros a la salida del aeropuerto. Es fácilmente reconocible. Su
precio es de 15 soles (4,5 euros) y se le indica al conductor en que hotel se
quiere uno hospedar. Está opción tiene esta ventaja pero la desventaja es que
si el hotel es el último que desea pasar el conductor, nos puede dar un gran
paseo por Puno. Pero pese a todo es lo más recomendable ya que cuando uno pasa
por la ciudad de Juliaca, ve lo inhóspita que es y agradece pasar por ahí solo
en bus.
Realmente la ciudad de Puno, para mi punto de vista, tenía
pocas cosas que ofrecer. Se nota el ambiente turístico y que todo está enfocado
al Lago Titicaca. Dentro de las visitas recomendables en la ciudad, está la
Catedral. Asimismo, por los alrededores hay
diversos edificios de arquitectura colonial. Y como no, un lugar que siempre existe en las principales ciudades del Perú, la Plaza de Armas.
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Catedral de Puno |
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Interior de la Catedral de Puno |
El puerto, del centro de la ciudad, se halla relativamente
lejos. Yo, para que uno se canse y recordando que seguimos a mucha altitud, lo mejor es
coger un tuk-tuk (similares a los que hay en
la India y en el sudeste asiático), que
por 3 soles (menos de un euro), nos ahorrará mucho tiempo y energía.
Algunas imágenes del puerto de Puno, en la orilla del Lago Titicaca:
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Muelle de Puno con unas barcazas especiales |
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Desde el muelle, se puede ver la ciudad alta de Puno |
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Paseo marítimo de Puno |
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En dicho muelle se pueden comprar tickets para visitar la Isla de los Uros |
Pero como habíamos dicho anteriormente, Puno sirve de
cuartel general para ver el Lago Titicaca y es en él, donde radica el verdadero
encanto.
Tras estar varios días por esa zona, tanto en el lado
peruano y boliviano, al final uno se enamora de ese lago, por sus aguas
cristalinas, por su gran longitud en la que muchas veces no se ve la costa del
otro extremo y por la sensación de tranquilidad que da el verlo.
En el lado peruano, la mayor atracción es la correspondiente
a la visita a la Isla de
los Uros, que son un colectivo que viven en islas flotantes de totora, una
especia de caña de ázucar.
Veremos que al acercarnos al puerto, empezarán los
vendedores a ofrecernos viajes por dichas islas. Pero hay que huir de todo eso.
Para visitar dichas islas, basta con comprar un billete de barco de i/v (10
soles) y la entrada para acceder a la isla (5 soles).
La frecuencia de los barcos por la mañana es de
aproximadamente cada media hora y el barco que usaremos para ir, es el mismo
para volver.
Básicamente, la visita consiste en dirigirse a una isla.
Para que las ganancias lleguen a todas las islas, existe un sistema de rotación
de tal forma que se pretende que todas las islas, se vean favorecidas por el
turismo. Tras un viaje en barco de una hora, llegamos a una isla flotante y el
“alcalde” de dicha isla, ofrece una charla sobre su modo de vida, como es el
mantenimiento y cada cuanto tiempo hay que cambiar la totora (ya que se pudre
con el paso del tiempo con el agua) y finalmente, intentan vendernos algo de
artesanía.
La visita en su conjunto duró unas tres horas. Al finalizar,
nos dirigimos posteriormente a otra isla, quizá la principal, donde había un
bar y también, pequeñas tiendas de campaña donde a veces duermen los turistas.
Nosotros habíamos leído esta opción en diversos foros pero sinceramente, y tras
lo visto, preferimos dormir en un hotel.
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Pequeño restaurante |
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Y también, un pequeño bazar. |
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La famosa sopa de trucha de rio, muy común en la zona. |
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La embarcación típica, también hecha de totora. |
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Hermosos paisajes, sin duda, los que nos deleita el Lago Titicaca. |
Con respecto a algunos consejos, debido a la alta altitud
que está el Lago Titicaca, los rayos del sol llegan con una gran radiación y es
muy recomendable la crema solar y una gorra. Uno no debe irse de Puno sin
probar la famosa trucha de agua dulce. Tal vez Puno, por esa marcada influencia
del turismo, no sea el paraíso gastronómico del Perú, pero se pueden encontrar
buenos restaurantes en la Calle Lima con
precios de menú que van desde los 25 soles (unos 7 euros) hasta los 6 soles
(unos 2 euros).
Tras terminar con la visita y comer un poco, nos dirigimos a
la Estación de
autobuses de Puno, para dirigirnos a la ciudad boliviana de Copacabana, tras un
viaje de tres horas bordeando la hermosa orilla del Lago Titicaca y pasar la
frontera por el tranquilo paso de Kansai, nada que ver con el caótico paso
fronterizo de Desaguadero. De estas hermosas carreteras, haré un último post.
Para seguir el orden y terminar primero con el Perú, mi
próximo post será sobre la hermosa ciudad de Cuzco (o Cusco como se dice allá).
Otros posts sobre Perú en este blog:
También, te puede interesar algunos posts sobre Bolivia:
O sea que tú te sientes el extranjero superior que viene a ver a los nativos como indios retrasados e inferiores. Nada de lo que has visto te parece, todo lo críticas, te apestan las tiendas de campaña, te apesta el bus, te apesta la carretera de la frontera y hasta te apestan los paisanos que venden sus artesanías.
ResponderEliminarVete del país y no vuelvas.
Hola, con respecto al comentario que haces de este post, tengo dos dudas, o simplemente te has dedicado a hablar mal innecesariamente o tienes un gran problema de capacidad lectora. Sea lo que sea, te explico todo lo que indicas:
Eliminar- Tiendas de campaña: Yo no he dicho que apesten sino que sinceramente prefería el hotel donde estábamos alojados. Además, varios médicos al consultar previamente si necesitaba una vacuna para ir a Perú y Bolivia, me dijo que si no dormía en zonas cerca de animales (como podría ser tiendas de campañas), no era necesario vacunarme.
- Apestan los autobuses. ¿Dónde digo eso? Yo solo dije que entre 17 horas de bus o una hora de avión, prefería una hora de avión, aunque fuera más caro. De hecho, si miras otro post que escribí, usé mucho los autobuses y me gustaron mucho. Mira aquí el post: http://www.viajesparatorpes.com/2014/01/carreteras-andinas.html
- Apesta la carretera de la frontera. Yo solo dije que la frontera de Desaguadero era muy caótico, eso ocurre en muchos lugares del mundo, entre España y Marruecos, mismo. Podrías haber puesto en tu comentario que puse que el paso de Kansai, era muy tranquilo.
-Apestan los paisano que venden sus artesanías. ¿dónde lo pongo? Leyendo el post, lo único que hace referencia es que en las islas, los artesanos intentan vendernos su artesanía. Pues como en todos lados, pero de ahí a entender que lo que venden no me gusta. De hecho, compré bastante artesanía ahí a lo largo del Perú y Bolivia.
Y como todo, según tú, me pareció mal, podrías copiar también este texto que está en el post: "Tras estar varios días por esa zona, tanto en el lado peruano y boliviano, al final uno se enamora de ese lago, por sus aguas cristalinas, por su gran longitud en la que muchas veces no se ve la costa del otro extremo y por la sensación de tranquilidad que da el verlo."
Saludos.
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