Como comenté al final de mi último artículo, esta entrada la
dedicaré a comentar mis periplos por las carreteras del Perú y Bolivia por las
que atravesé. De ahí, el nombre de dicho post.
Muchas veces, caemos en tópicos generalizados y
desprestigiando un poco a otros países y sin saber. De hecho, cuando comenté a
mis amistades que una gran parte de mi viaje al Perú y Bolivia transcurriría
entre aviones y carreteras. Con respecto a los aviones, ya lo he comentado en
posts anteriores que viajé con la compañía TACA (ahora absorbida por Avianca) y
el servicio fue excepcional, ya lo quisiera para muchas compañías en Europa y
no me refiero únicamente a low-cost.
Y con respecto a los autobuses, pues eran bastante cómodos,
seguros y en ningún momento, vi jaulas de gallinas en el techo o cosas
similares. Creo que todo viajero, cuando visita un lugar, hay dos cosas que
siempre debe hacer, una es visitar un mercado municipal y otra, ir a una
estación de autobuses o trenes y si es posible, hacer un viaje en uno de ellos.
De nada sirve visitar las atracciones turísticas si luego, no se tiene contacto
con los lugareños.