miércoles, 23 de julio de 2014

Viaje a Camboya (VI). Qué ver en Phnom Penh, 2º parte.

En esta segunda parte, la dedicaremos en una primera parte a una de las cosas más frecuentes y que nunca se puede dejar de visitar cuando se visita el sureste asiático. Y me refiero a los mercadillos, ya bien sean, callejeros, nocturnos, de una determinada mercancía, etc. Pasearse por ellos, comprando o no, es una de las opciones más interesantes que hay, ya que éstos lugares, muestran una clara visión de la idiosincrasia de un pueblo.

Y ya, por último, haremos una pequeña descripción del horror que significó el período jemer en Camboya, que ocurrió entre el año 1975 y 1979. Es decir, prácticamente, hace poco y que ha marcado, sin duda, el desarrollo e historia de este hermoso país. Al final, con un cierto consenso y sobretodo, con mucha ayuda internacional, el país va saliendo poco a poco del atraso económico alcanzando cotas bastante buenas en el crecimiento económico. Queda mucho por hacer pero, al menos, el camino ya está más o menos, definido.


DONDE COMPRAR

Lógicamente las comparaciones son odiosas en el sentido que si uno ha estado en Bangkok y ve los mercadillos de Phom Pehn, les resultará pequeño. Pero también se puede ver en el sentido opuesto, es decir, que los mercados que se pueden visitar en la capital camboyana, son un fiel reflejo de lo que representan el sureste asiático. O sea, lugares llenos de vida donde se desarrolla una gran parte de la vida social y que en unos pocos metros, podremos encontrar de un puesto típico de comida local a una tienda de ropa. Esa diversidad en tan pocos metros, hace que sean inconfundibles y que en cada esquina de los mercados, nos encontremos con una sorpresa. Sin duda, para el que le guste mucho la fotografía, es un gran filón visitar estos lugares.

A continuación, les detallo los más interesantes:


CENTRAL MARKET (MERCADO CENTRAL)

Conocido por los locales como Pshar Thmei, es el más importante de la ciudad. Se asienta sobre un extraño edificio de arquitectura art deco (un legado de la herencia francesa). Aparte de los típicos souvenirs, ropa falsificada y comida, también tiene una gran cantidad de stands de gemas y joyas. Abre todos los días y su horario es de 5:00 a 17:00 horas.




Falsificaciones de bolsos de marca, muy comunes en el sureste asiático





Curiosa y llamativa arquitectura la de este mercado


















La cúpula de dicho mercado

En el exterior de dicho mercado, también hay mucha actividad



RUSSIAN MARKET (MERCADO RUSO)

Llamado así ya que en los años 80 tras la apertura de Camboya al turismo, dicho mercado era visitado principalmente por rusos. Sus mercancías prácticamente son similares al anterior. El horario de apertura es de 7:00 a 17:00 horas



























NIGHT MARKET (MERCADO NOCTURNO)

Se encuentra enfrente de los embarcaderos que había indicado en el post anterior, ya al norte de la ciudad, concretamente entre la calle 106 y 108. Actualmente, solo abre los fines de semana (viernes, sábado y domingo) entre las 17:00 y las 24:00 horas. Es relativamente pequeño pero no está mal ya que como comenté en mi post anterior, al estar cerca del embarcadero, se puede dar un pequeño paseo por el Río Mekong, luego ir al Restaurante Bopha y finalmente pasear por este mercado antes de  volver al hotel por el paseo fluvial (river front).

Al ser un mercado abierto, también es utilizado para eventos culturales. Básicamente, las compras que se podrán hacer en el, serán de souvenirs, artesanía, así como de comida típica camboyana.


También en Phom Penh, pudimos ver muchas tiendas de antigüedades y artesanía camboyana.






Sobre alfombras, los camboyanos se ponen ahí a comer o
pasar el rato hablando








EL HORROR DE LOS JEMERES ROJOS

Si en nuestros anteriores lugares visitados, no habíamos tenido prácticamente contacto con el trágico período de los jemeres rojos, en esta ciudad, nos íbamos a encontrar con todo ello.

Tal vez, y para conocer un poco mejor dicho período, haremos un poco de historia:

Uno de los daños colaterales que había dejado la guerra de Vietnam, fue la desestabilización que ocurrió en países cercanos como en Laos y Camboya. En éste país, los norteamericanos habían puesto a un general títere, Lon Nol, tras un golpe de estado, que derrocó al Rey Norodom Sihanuk en 1972.

Tras el fin de dicha guerra, las tropas norteamericanas empezaron a replegarse de los países limítrofes, dejando prácticamente a merced de guerrillas comunistas el acceso al poder. Eso mismo ocurrió en Camboya y las tropas de los jemeres rojos, entraron a la capital, Phnom Penh, el 17 de abril de 1975.

Esta ideología, cuyo máximo líder era Pol Pot, se basaba en un comunismo extremo y con un punto de vista que cualquier país, debía obtener íntegramente sus riquezas del campo. Esto hizo que en los primeros días de la toma de la capital, los jemeres rojos, asustaran a la población indicándoles que habría un inminente ataque de los norteamericanos a la ciudad y que debían desalojar dicha población. Esto fue simplemente una estrategia de los jemeres rojos para dejar totalmente inhabitada la capital y que todas esas personas fueran a trabajar directamente al campo. Hay que tener en cuenta que la gran mayoría de la población que vive en las ciudades, jamás ha trabajado en la agricultura y por tanto, muchos de ellos murieron ante la inexperiencia y el trabajar el día al día a un sol abrasivo.

Pero la locura de este gobierno, no se quedó ahí. Además, también todos los deportistas, actores, actrices, etc. también fueron ejecutados porque según los jemeres, sus hábitos eran occidentales y por tanto, debían ser ejecutados.

Asimismo, los jemeres pensaban que las únicas "mentes limpias" y que por tanto podrían actuar como jueces, eran los niños que no habían conocido prácticamente nada de la etapa anterior, la de Lon Nol. Es decir, niños de cuatro o cinco años, enseñados en el odio, sin ningún criterio podrían condenar al momento si así lo deseaban a una persona. Poco hay que imaginarse que a esas edades, el sentido de la justicia, no está desarrollado y sobretodo, como indico, cuando las actitudes crueles eran alabadas.

Y la barbarie se fue incrementando hasta los intelectuales. Y por intelectuales no hablemos de pertenecer a una Academia de las Letras o similares. Por intelectuales, se entendía ahí el hablar el francés (recordemos que Camboya había sido una colonia francesa 20 años atrás antes de llegar los jemeres rojos), profesores de universidad e incluso médicos fueron ejecutados. Al principio de dicho período, en Camboya, había casi 600 médicos y al final, únicamente unos 50.

Pero el grado de genocidio llegó a tal punto que también se empezó a matar a bebés ya que los jemeres rojos pensaban que si se cortaba la raíz, el árbol no crecía más.

Una única opción para salir de ese infierno podría ser huir a algún país vecino pero el gobierno jemer, llenó las fronteras con más de diez millones de minas antipersonas.

Los campos de cultivo, más bien eran auténticos campos de exterminio donde las condiciones de vida eran totalmente penosas y muchas personas murieron por falta de alimentación (que se limitaba a un pequeño cuenco de arroz todos los días) y maltratos por parte de los carcelarios.

De un total de seis millones de camboyanos, unos dos millones fueron asesinados.

A principios de 1979, las tropas vietnamitas entraron victoriosas en la capital y reemplazaron a los jemeres rojos del poder. Pero un poco por la hipocresía mundial, muchos países de occidente por no querer reconocer un gobierno impuesto por los vietnamitas, no quisieron reconocer al nuevo gobierno y de hecho, un miembro de los jemeres rojos siguió representando a Camboya en las mismísimas Naciones Unidas hasta 1991.

En este enlace, se puede saber más de dicho nefasto período en la historia de Camboya
  
MUSEO DEL GENOCIDIO (TOUL SLENG).

Dicho lugar se encuentra entre las esquinas de la calle 113 y la 350. El precio de la entrada es de tres dólares y el horario es de 8:00 a 17:00. Se recomienda llevar ropa adecuada (de hecho, hay carteles que lo anuncian en el propio recinto) por el carácter triste y en recuerdo a las víctimas de dicho lugar.

Dicho museo, para preservar la memoria y el respeto de los fallecidos y como un recuerdo imborrable de los horrores que no deben volverse a repetir, fue inaugurado en el año 1980, junto un año después de la finalización del período de los jemeres rojos. De todos los que, desgraciadamente, pasaron por ahí, sólo 12 sobrevivieron y no porque se les conmutara la pena sino que simplemente a los jemeres rojos no les dio tiempo a matarlos tras la rápida entrada de las tropas vietnamitas a la capital.

El museo consta de varios bloques ya que en su tiempo, antes de ser utilizado como lugar de torturas por los jemeres rojos, era una escuela. En cada bloque podremos ver diferentes temáticas. Así, en uno de ellos se ven todavía instrumentos de torturas utilizados y en otros, se ven fotografías de cómo era la vida allí y muchas imágenes de personas torturadas y asesinadas. De todas estas personas, se hacía un expediente muy exhaustivo de todas sus “infracciones”. Es decir, que todas estas muertes están totalmente detalladas. Incluso, murieron occidentales, principalmente periodistas.

El lugar es totalmente dantesco, una magnificación del horror y a cada paso, es fácil preguntarse por que y para que. Tal vez la humanidad, con todo el error que sucedió en la Segunda Guerra Mundial pensó que eso significaba un punto final pero desgraciadamente, los errores y horrores y se han seguido produciendo y ejemplos tenemos en Ruanda, los Balcanes y ahora, en algunos  países musulmanes ante ese avance del fanatismo yihadista.


Placa en recuerdo a las víctimas

Camas donde se torturaban a las víctimas para "contar la vedad"


Un minúsculo plato de comida, un pequeño cojín como almohada y
una especia de esposas para atar las personas a la cama

Un bloque del terrorífico S-21

Tumbas de los últimos fallecidos. Los vietnamitas quisieron
enterrarlos en dicho lugar con todos los honores


Pasillos del edificio que daban acceso a las diferentes habitaciones


Una de las macabras torturas de los jemeres, poner
cuerpos boca abajo hasta casi ahogarlos.



Las grandes migraciones que forzaron los jemeres rojos
hacía el campo

Sobre un país de seis millones de habitantes, hubo
dos millones de asesinados


Población que siempre había vivido en ciudades eran
obligadas a trabajos forzados en el campo. Por su poca
experiencia y las largas jornadas de trabajo, morían rápido.


Pol Pot, el cerebro de todo este despróposito que causó
ese período. 




Una gran parte de las víctimas también fueron niños. Su "crimen" era ser
hijos que según el régimen, eran peligrosos. Pero cuando se vive
en una gran paranoia como fue Camboya esos años ¿que es ser peligroso?





Dicho lugar también sirve para exposiciones que versan sobre la paz
y los derechos humanos






Una foto con los únicos sobrevivientes de dicho lugar.


Como se ven, los expedientes de los asesinados estaban totalmente explicados.
El aparato burocrático de espías mercenarios que tendría que haber detrás.


En los bloques donde estaban los prisioneros, estaba totalmente vallado.
Escapar era totalmente imposible


Micro habitáculos donde estaban hacinados los prisioneros antes de ser ejecutados

Por supuesto, atados








Una imagen donde se como a una madre le quitan su hijo.
Diversos utensilios de tortura



Otro ejemplo más de tortura



Mapa de Camboya, formado por calaveras y los ríos de color rojo

El horror llegaba a niveles de tirar niños al aire y dispararles con una escopeta

Un gráfico de la convulsa historia reciente de Camboya






MEMORIAL CHOEUNG EK

Justo después de salir del lugar anterior, nos dirigimos en tuk-tuk a otro indeseable lugar, el Memorial Choeung Ek. Se encuentra a 17 kms de Phom Penh, por tanto, el recorrido es algo largo, quizá media hora. Abre todos los días y su horario es de 8:00 a 17:00. La entrada cuesta seis dólares

Si el Museo del Genocidio Toul Sleng era el emplazamiento donde se hacían los interrogatorios y las torturas, en éste lugar era donde se asesinaban a las personas. O sea, estamos ante un campo de exterminio (killing field).

En principio a estas personas se les engañaba diciéndoles que tendrían que ir allí pera meros trámites burocráticos y que se les liberaría rápido. Pero nada más lejos de la realidad. En dicho campo de exterminio durante las noches, se ponía en alto música revolucionaria así como también se activaban motores de gasolina, que de todos es conocido ese desagradable ruido cargante. Con esto, lo que se hacía era que los prisioneros no pudieran dormir y por tanto, sus fuerzas y su estado anímico decayeran. Pero la otra función que tenía es que con ese atronador ruido, no se oían las torturas recibidas por otros prisioneros que estaban siendo ejecutados. Porque aquí, lo de un tiro de gracia, no se utilizaba prácticamente. Aquí, las técnicas que se empleaban eran hacer sufrir antes de la muerte todo lo posible a los condenados.

Durante la visita a dicho lugar, en el que justo a la entrada hay una gran stupa (un monumento budista) con una gran cantidad de huesos que sirve como de monumento principal, se ven diversas explicaciones de lugares los más representativos del horror de dicho memorial.

Hay que tener en cuenta que en la actualidad, este lugar está prácticamente destrozado y quedan pocas huellas de él ya que tras el fin de la dictadura jemer, el pueblo totalmente lleno de ira, arrasó totalmente con el, llevándose muchas herramientas de agricultura y de construcción que eran utilizados como instrumentos de tortura (por ejemplos, las hoces, martillos, hachas, etc) Lo que queda de ese lugar originariamente, son algunos árboles que habían allí. Pero es precisamente en algunos árboles donde se produjeron las mayores atrocidades y consistía en coger niños prácticamente recién nacidos y estamparlos contra los tallos de dichos árboles. Según la diabólica mentalidad de los jemeres, había que acabar cuanto antes con las semillas para que no dieran frutos. Sin duda, nos demuestra una vez más la locura inmensa de estos asesinos, cuyo principal dirigente fue Pol Pot y que pese a tener un juicio (más bien un paripé), sus últimos días los pudo vivir en total tranquilidad y rodeado de sus hijos y nietos.

Estos dos lugares son para visitarlos. No todo en los viajes es conocer sitios agradables. Un viaje, al menos yo lo pienso así, es siempre una fuente de sabiduría y por desgracia, en unos lugares veremos más alegría que en otros. Pero sin duda, lugares desagradables como éstos, nos hacen ver las cosas y la vida de manera diferente. También, creo que estos dos últimos lugares que he comentado, no son para llevar a niños. Pienso que todo llega a su edad y a veces soy partidario que los niños sigan viviendo un poco en su inocencia y que cuando les llegue el momento, tal vez la juventud para que ya tengan concepto de lo que es valorar las cosas, vean que no todo en este mundo es ideal.


Stupa en recuerdos a las víctimas del genocidio jemer

En dicha stupa, hay un gran número de craneos

También se muestran algunos objetos de tortura




A lo largo de dicho Memorial, veremos distitntas placas indicando las torturas




En muchos trozos de terrenos, tras las lluvias y removerse la tierra,
aparecen trozos de tela de ropa o huesos de personas ejecutadas allí






En este árbol eran golpeados los niños bruscamente hasta
matarlos

En recuerdo a ellos, se ponen una pequeñas gomas, costumbre
en Camboya





En dicho memorial, hay un pequeño museo donde hay proyecciones y
 fotografías mostrando las torturas de los jemeres rojos


Estrellas del cine camboyano ejecutadas por llevar un estilo de vida occidental



Traje típico en la época de los jemeres rojos

El asesino de Pol Pot ya muerto.







Y así, termina mi crónica de Camboya, un país que siempre llevaré en el corazón. Tras ese funesto período de la historia, ha sabido recomponerse y poco a poco, va saliendo de ese gran agujero negro. Si alguna vez van a Tailandia, una escapada de unos días a Camboya, sería genial. Cerca de esas hermosas playas que uno puede encontrar en Phuket o en Krabi, por desgracia, se encuentran estos tristes monumentos. De los lugares buenos, se disfruta pero de los malos, se aprende. Hay tiempo y lugar para las dos cosas.

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