En este último
post que comentamos sobre Omán, nos centraremos en, quizá, una de las regiones
más hermosas de este país, y que corresponde a un radio de unos 150 kms. al sur
de Mascate, la capital.
En ese radio,
que fácilmente se puede cubrir cogiendo como cuartel general la propia Mascate,
seremos testigo de una naturaleza increíble y de unos ecosistemas muy
peculiares. Si a ello, le añadimos la casi nula existencia de turistas, pues el
resultado final, nos hará que finalmente este país lo tengamos para siempre en
nuestro corazón y quien sabe, y según donde nos depare el futuro, pues siempre
lo tendremos como una opción para volver.
Con respecto a
enfocar las visitas los lugares al sur de Mascate, lo enfocaremos de la
siguiente manera: por un lado, los
puntos que corresponderían a tomar la carretera de Yiti, de categoría
secundaria en España. Y por otro lado, la Nacional 17, ya una autopista en sí.
CARRETERA DE YITI.
La ruta sugerida
es la siguiente:
Como vemos en el
mapa anterior, las distancias de dichas localidades desde Mascate, no son
relativamente grandes y por tanto, seguro que se volverá más de una vez a
visitar estos lugares durante nuestra estancia en la capital.
Esta carretera
nos llevará a una de las zonas más hermosas de Omán ya que a lo largo de este
trayecto, y alrededores, nos dará una sensación de hacer un viaje en el tiempo
a través de caminos llenos de camellos, burros salvajes, cabras, etc. junto con
casas típicas con arquitectura omaní. Bien es cierto decir, que una gran parte
de esta zona, ha sufrido un gran éxodo y hay mucha casa abandonada.
Preciosa la carretera entre montañas |
Burros salvajes, muy habitual en carreteras secundarias en Omán |
La carretera en sí,
ya se merece recorrerla a lenta velocidad para disfrutar de ella. Y cuanto más
nos acerquemos a la costa, más podremos deleitarnos con la belleza en si y dar
la sensación de estar en los fiordos noruegos.
Nuestro primera
descripción, la iniciamos en el pueblo que da nombre a dicha carretera, Yiti. Quizá sea el núcleo poblacional
más grande de la zona y sin duda alguna, merece la pena bajarse del coche y ver
un poco sus casas y pocas calles, dando la sensación de que podrían ser
escenarios a utilizar en una película.
Justo al final
de la carretera, nos encontraremos con la Playa
de Yiti. No está nada mal y es abierta al mar, sin protección natural como
podría ser en forma de corales o piedras. Las veces que visitamos dicha playa
mi mujer y yo, estuvo el mar muy tranquilo aunque el último día, amainaba un
fuerte viento, con la consecuente molestia que rozaba una tormenta del
desierto.
Un día ventoso, nada que ver con la tranquilidad de otros días con calma |
Pero de esta
zona, sin duda, lo que más nos gustó, fue la zona del parque natural marino de Al Khairan. Allí, cuando deseábamos
pasar un rato en la playa, era el lugar que elegíamos. Sin duda alguna, uno de los
fuertes de este país, es disfrutar de lugares idílicos y prácticamente sin
gente. En este punto, se fusionaban ambos aspectos.
Dicho lugar
tiene una playa que justo enfrente tiene una pequeña isla, que precisamente,
nos servía de refugio para posibles olas y mar picado. Además, el fondo marino
de dicha zona, tenía una gran cantidad de peces por lo que, también, es una
zona muy recomendable para el snorkel.
Una vista de dicho parque marino |
Una localidad
que en esta ruta, se podría visitar, sería Siffah.
Se encuentra aproximadamente a 30 kms de Al Khairan y destaca principalmente
por su gran playa, una de las más largas que vimos en Omán. También lógicamente, y en toda esta zona, sus
antiguas casas que hacen de esta zona la sensación de estar ancladas en el
tiempo.
LA AUTOPISTA 17
Ya el tomar esta
vía, implica varias horas de carretera, tal vez sobre las dos horas y media por
sentido para el punto recomendado más lejano, Wadi Shab. Pero merece mucho la
pena y hacer una visita a Omán sin ver este lugar, se quedaría en algo
descafeinada.
La ruta sugerida
es la siguiente:
Si se va a hacer
estar ruta, es recomendable tener el depósito de gasolina con suficiente
reserva ya que en la autopista, de unos 150 kms, había entre 2 y 3 gasolineras
en total, por tanto, si tenemos la mala suerte de vernos mal de repostaje,
podemos “sufrir” un poco hasta llegar a una estación. También, desde dicha autopista, disfrutaremos de hermosos paisajes montañosos, una tónica en general por Omán.
El primer punto
sugerido, es Bimman SinkHole, que
traduciéndolo al castellano, se quedaría en algo similar a Agujero hundido de
Bimman. Es un pequeño parque ajardinado (alrededor es todo de aspecto
desértico) donde se encuentra una piscina natural por debajo de unos metros.
Las aguas son totalmente cristalinas y si se desea, se puede bañar uno ahí aunque
tal vez, con mojarse un poco los pies, sería suficiente.
La entrada es
totalmente gratuita y es un buen lugar también para hacer una pequeña escala
técnica para descansar un poco de la conducción y estirar las piernas.
Continuando con
nuestro camino en dirección sur, el siguiente punto, serían las playas de Fins. Es una zona bastante
hermosa pero hay que tener la suerte que no sople mucho el viento, ya que si no,
la bonita experiencia de disfrutar de unas playas maravillosas y con agua
cristalina, se puede tornar en algo
desagradable. Algo similar, nos ocurrió a nosotros. El día era algo ventoso y
no acompañaba mucho estar ahí, así que fue dar un pequeño paseo por la fina
arena y dirigirnos a otro lugar.
La próxima
localidad de Tiwi. Es otro de esos
lugares con encanto en Omán, que dan la sensación de viajar en el tiempo, a
principios del siglo XX, con casas de adobe y con animales salvajes (tales como
cabras, burros, camellos, etc) paseando con total libertad por las calles. Si
la gente de Omán es excepcional, en este tipo de pequeñas localidades, es donde
aún destaca más ese carácter humano y exquisito que tanto los caracteriza.
Y ya justo
enfrente del anterior pueblo, se encuentra quizá una de las principales
atracciones de Omán. Si en el ámbito histórico era Nizwa (que hablamos de ella
en el post anterior), en el aspecto de naturaleza, sin duda, el premio se lo
lleva el lugar conocido como Wadi Shab.
¿Qué eso de Wadi
Shab? Bueno, teniendo en cuenta que mucha de nuestra toponimia en España tiene
descendencia árabe, recordemos que Guadi (o Wadi) significa “rio”. De ahí las
palabras Guadiana, Guadalquivir, etc. Pues precisamente, es lo que estamos
hablando aquí.
Sin llegar lógicamente al cauce de un gran río, podemos decir que un Wadi en Omán es un río de unas pequeñas dimensiones y que más bien se podría asociar también a una laguna. Así, este wadi en condiciones normales, tras las temporadas de lluvia, tal vez no llegue a dos kilómetros de curso. Pero lo que hace a este lugar hermoso, es su conjunto en si. Impresionantes desfiladeros donde discurre este pequeño río y que si seguimos su cauce, llegaremos a una pequeña cueva desde donde veremos que hay una cascada de proveniente de un desnivel.
Sin llegar lógicamente al cauce de un gran río, podemos decir que un Wadi en Omán es un río de unas pequeñas dimensiones y que más bien se podría asociar también a una laguna. Así, este wadi en condiciones normales, tras las temporadas de lluvia, tal vez no llegue a dos kilómetros de curso. Pero lo que hace a este lugar hermoso, es su conjunto en si. Impresionantes desfiladeros donde discurre este pequeño río y que si seguimos su cauce, llegaremos a una pequeña cueva desde donde veremos que hay una cascada de proveniente de un desnivel.
Pequeña cafetería a la entrada de Wadi Shab |
Hermosa combinación de agua y montañas |
También podemos ver tránsito de pastores |
El interior de la cueva |
Otra vista del interior de la cueva |
Sin duda alguna,
fue una de las experiencias más bonitas que hemos podido observar mi mujer y yo en nuestro viajes. Para visitar Wadi
Shab, daré unos pequeños consejos:
- Justo
a la entrada, hay un pequeño aparcamiento donde podremos dejar nuestro coche.
Como hay un gran puente encima, éste nos podría valer de sombra ya que si
estaremos varias horas fuera, el interior del coche, podría alcanzar altas
temperaturas.
- Para
visitar Wadi Shab, la mejor vestimenta es como si fuera ir a la playa. O sea,
traje de baño y zapatillas. Evitar deportivas ya que aunque no tengamos
intención de bañarnos, hay pequeños caminos donde habrá que pisar agua.
- También,
es recomendable llevar agua y algo de comida ya que el camino, dependiendo de
la temperatura, se puede hacer más llevadero o no.
- Justo
en el aparcamiento, hay una pequeña cafetería donde podremos tomar algún
refresco, café, etc.
- Asimismo,
debemos pagar un rial (2,5 euros) por persona ya que el primer tramo del Wadi
es agua y hay una barca que nos desplazará hasta el otro lado de “tierra
firme”.
- Ya,
en el resto del Wadi Shab, no hay ninguna tienda y por tanto, no tiene sentido
llevar dinero durante nuestro sendero.
- Si
se lleva cámara o móvil para grabar o sacar fotos, éstas deberán estar
preparadas para el agua, ya sean mediante una carcasa o una bolsa. Para el caso
de cámaras tipo GoPro, no habría ningún problema ya que son acuáticas.
- Al
llegar a la zona donde empieza el río, si venimos con una mochila o bolsa, está
la opción de seguir cargando con ella (poco recomendable) o dejarla al
principio. Omán es un país muy seguro pero no pero ello quiere decir que lo sea
al 100%. Con dejar dicha mochila (cuanta más pequeña mejor porque en el fondo
tampoco hace falta trasladar muchas cosas) escondida entre los arbustos, sería
suficiente.
- Evitar
ir en el fin de semana musulmán, que es viernes y sábado. Pudimos ir en un día
laboral y otro, en uno de estos, y la asistencia de público, era notoria, no
lógicamente a niveles de agobio pero si ya de no sentirse uno prácticamente
solo.
Y en la propia
Autopista 17, en el término municipal de Amerat
(como a media hora si se sale del Zoco de Muttrah), tendremos una sorpresa para
los amantes de la geografía y es una señal indicativa que estamos atravesando
el Trópico
de Cáncer. Sin problema, podremos parar el
coche a un lado del arcén y hacernos ahí unas fotos. De hecho, Mascate es la
capital de un país más cercano a dicha línea imaginaria.
Y finalmente, un
lugar muy cercano a Mascate (a tan solo 10
minutos en coche desde el Zoco), se
encuentra la villa marinera de Haramil,
otro de esos lugares de Omán, anclados en el tiempo. Conviene acercarse, dejar
el coche y pasearse un poco por la costa, con un interesante pequeño puerto
pesquero. Para esos momentos que uno desea tranquilidad (aunque prácticamente
se encuentra en cualquier lugar de este país), este lugar es muy recomendable.
La tranquila playa de Haramil |
Cabras a la entrada del pueblo |
Traje típico omaní |
Casas situadas en la misma playa |
Aquí termina
nuestra crónica sobre este hermoso país, que algunos llaman la perla oculta de
la Península Arábiga. Sin duda alguna, tienen toda la razón. Omán es un país
que mi mujer y yo siempre lo tendremos en el corazón, de ahí el haberlo
visitado dos veces en un intervalo de dos meses. Y como dice el dicho, que no
hay dos sin tres, pues tal vez volvamos en un futuro.
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