Tras unos cuatro
años, mi singladura en la India ha terminado. Sensaciones muy extrañas, sin
duda alguna, se juntan estos últimos días en este país, con dimensiones de un
subcontinente y con una cultura única en el mundo.
Por un lado, una
cierta tristeza porque es un intervalo largo que marca a uno mucho en la vida y
otro, porque no decirlo, de tal vez un deseo de volver a sentir y disfrutar
cosas elementales que en otros países, sería normal, aquí muchas veces parece
una excentricidad como el poder caminar o que cualquier trámite, sea un hándicap.
Lógicamente,
durante mi estancia en este país, he podido viajar a través de él y sin lugar a
dudas, lo que más me ha impresionado es su increíble naturaleza, que van desde
montañas eternamente nevadas en Ladakh
a hermosas playas casi vírgenes en Kerala o Goa. También, no nos podemos
olvidar de los paisajes desérticos del Rajastán
o la frondosa selva a los alrededores de Rishikesh.
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Monasterio budista en las montañas de Ladakh |
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El Palacio de los Vientos, en Jaipur |
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Playas vírgenes en Kerala |
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Iglesias en Old Goa |
Y por supuesto,
no podía faltar una visita, en mi caso unas cinco veces, a la ciudad más
sagrada del hinduismo, Varanasi
(o Benarés). Mientras para muchas personas, esta ciudad da algo de miedo por la
pobreza que se pueden encontrar, en el fondo, a mí me pareció una de las
ciudades más interesantes y tranquilas de la India.
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El Río Ganges a su paso por Varanasi |
Y obviamente, también
mi mujer y yo visitamos impresionantes monumentos tan famosos como el Taj
Mahal y otros no tan conocidos aunque igual
de fastuosos como el complejo de Orchha,
Khajuraho
o los imponentes fuertes del Rajastán,
a cuál de ellos con más suntuosidad y demostración de fuerza y poderío.
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El Fuerte de Orchha |
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Templos de Khajuraho |
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Lago Dal, en Srinagar |
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Plantaciones de té en Munnar, Kerala |
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Una procesión en una fiesta hindú |
De las grandes
ciudades indias, siempre huimos. No visitamos Bombay, Calcuta, Bangalore, etc.
porque sinceramente, el encanto de este país no está en sus grandes urbes que
únicamente nos podemos encontrar en ellas, salvo monumentos puntuales,
incomodidades como el estrés, caos,
ruido, etc.
Mi siguiente
destino durante, eso espero, los próximos cuatro o cinco años será China, concretamente
en Pekín. Sinceramente, es un sueño hecho realidad ya que siempre he tenido una
especial admiración por la rica y milenaria cultura china. Por supuesto, no
faltarán mis crónicas viajeras en dicho país. Bye bye India, Ni hao China.
Posts publicados en este blog sobre India:
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- Qué ver en Amritsar, 1º parte
- Qué ver en Amritsar, 2º parte
- Qué ver en Rishikesh
- Qué ver en Srinagar y alrededores
- Qué ver en Leh y alrededores, 1ºparte
- Qué ver en Leh y alrededores, 2º parte
- Qué ver en Udaipur, 1º parte
- Qué ver en Udaipur, 2º parte
- Qué ver en Kerala, 1º parte
- Qué ver en Kerala, 2º parte
- Qué ver en Kerala, 3º parte
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Buena suerte Daniel!
ResponderEliminarMuchas gracias César. Saludos.
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