Pero tras la invasión de los japoneses y tras un cierto declive con la llegada de Mao al poder en 1949, esta ciudad perdió parte de su gran importancia estratégica y poco a poco fue relegada a un segundo plano.
No obstante, en la actualidad hay un plan relativamente ambicioso para que vuelva a tener algo de brillo. Esa tarea pasa por rehabilitar su casco histórico, dejándolo similar al que tenía hace casi 100 años.