Así que la estancia en Lanzhou, se limitó básicamente a medio día. Pero ese corto período de tiempo, nos bastó para darnos cuenta que es una ciudad que, sin tener muchos lugares para ver, si ganaba bastante en lo referente a pasear y tomarse unas horas tranquilas, con hermosos paisajes dentro de la ciudad y, sobretodo, poder ver el Río Amarillo y con un gran gentío disfrutando de un domingo por la tarde.
Pensamos que con el tiempo que estuvimos, fue suficiente. Pero no nos hubiera importado quedarnos un día más. A veces, las vacaciones también hay que considerarlas a veces como ver pasar la vida y descansar y Lanzhou, en ese sentido, sería de esas ciudades candidatas.
UBICACIÓN
Lanzhou es la capital de la histórica provincia de Gansu y esos significa haber sido un gran punto de referencia en la antigua Ruta de la Seda y podremos ver numerosos ejemplos en esta ciudad, desde la profesión de numerosa población de la religión musulmana a su gastronomía.
Asimismo, Lanzhou, es un gran punto de inicio de otras rutas muy interesantes e históricas a lo largo de Gansu, como es la región de influencia tibetana de Xiahe y, un poco más alejado, a Dunhuang. De estas dos zonas, hablaremos en posts posteriores.
Debido a su situación, muy al interior de China, hay que tenerlo en cuenta cuando se visita ya que los inviernos aquí suelen ser muy duros, con temperaturas normalmente por debajo de cero grados la gran mayoría de los días de invierno. Quizá, la mejor época sea en primavera y otoño.
CÓMO LLEGAR
El nombre de la ciudad de Lanzhou, pese a que probablemente muchas personas en Occidente nunca la hayan oído hablar, es una urbe con unos cuatro millones de habitantes. Eso hace que esté bien comunicada, tanto por tren como por avión.
Normalmente suele combinarse con la ciudad de Xi’an, si se desea seguir el camino de la Ruta de la Seda. Por ejemplo, en tren el trayecto entre ambas ciudades, dura unas tres horas y el precio, para un asiento de segunda clase, ronda los 25 euros. Desde Pekín, no hay tren directo y habría que hacer escala en Xi´an. No obstante, hay numerosas frecuencias en avión, con una duración del vuelo de unas dos horas y media. En un post anterior, hablé sobre como viajar en tren por China, por si necesitara ayuda a la hora de comprar tickets.
DÓNDE ALOJARSE
Curiosamente, los precios de hotel en Lanzhou, suelen estar por encima de la media en China y, por tanto, conseguir un hotel a un buen precio comparado con los estándares en Europa, en esta ciudad no siempre es factible.
Como nuestra estancia iba a ser de solo una noche, pues no nos calentamos mucho la cabeza y reservamos en el Hotel Ibis (Zhangye Road), que no estuvo mal. La situación era bastante buena y el precio de la noche para dos personas, fue de 38 euros.
Nuestra habitación en dicho hotel |
Zona de desayuno de dicho hotel |
Zona de recepción |
DONDE COMER
Debido a nuestra pequeña estadía en la ciudad, prácticamente la única comida fuerte, fue la cena. Pero, sin duda, les recomendaría el restaurante que se encuentra en el Parque de la Pagoda Blanca (o Templo Baitashan), que comentaré más adelante. Es muy fácil de ver ya que es el único que se encuentra en dicho complejo y está justo a la entrada, justo enfrente del Puente Zhongshan, que comentaremos posteriormente.
Si tiene la posibilidad de comer ahí, hágalo porque la excelente relación calidad precio de la comida junto con las excepcionales vistas al Río Amarillo, hace que se pueda pasar una velada maravillosa. El precio de la factura, lógicamente dependerá de lo que se pida, pero dos personas pueden comer perfectamente bien por unos 15 euros. Comparando lo que comimos mi esposa y yo con lo que nos podría costar un restaurante en Pekín con esas características, fácilmente el precio final pagado, fue la mitad creo yo.
Fachada del restaurante |
Terraza del restaurante con vistas al Río Amarillo |
No obstante, Lanzhou es también lugar de origen de una pasta muy conocida en China y de sabrosas sopas, por tanto, hay una gran oferta gastronómica en esta ciudad.
QUÉ VER EN LANZHOU
Pese a tener solo medio día prácticamente en nuestra visita a Lanzhou, la aprovechamos muy bien. Es una ciudad muy relajante y además, el paso del Río Amarillo a lo largo de ella, le da un toque especial y es muy agradable y relajante ir en paralelo a éste.
La ruta que se sugiere (y que perfectamente se puede hacer caminando, sin necesidad de coger ningún transporte público), es la siguiente:
El Templo de Dios de Lanzhou
Este templo fue una agradable sorpresa y además, nos lo encontramos justo de casualidad. Resulta que estaba prácticamente enfrente de nuestro hotel y tras dejar el equipaje, fue el primer lugar al que nos dirigimos.
Nos gustó mucho ya que prácticamente se escapa de los itinerarios tradicionales turísticos y ello hace que aún mantenga su identidad.
Construido por primera vez en la dinastía Song (960-1279) para consagrar a Ji Xin, un general de la dinastía Han (206 a. C.-220 d. C.), el templo originalmente se llamaba Templo Ji Xin. Fue renovado en la dinastía Ming (1368-1644) y luego recibió su nombre actual. Durante el reinado de Qian Long (1736-1795), el templo fue destruido por un incendio y fue reconstruido más tarde, lo que todavía podemos ver hoy.
Su superficie total es de unos 12.000 metros cuadrados y en su complejo, podemos encontrar varias tiendas de antigüedades o de arte chino.
E incluso, en algunas de sus dependencias interiores, pequeñas exposiciones de arte chino que, en esta zona, tiene una gran valor al recibir influencias de otras tales como la árabe o persa.
El horario de apertura es de 9:00 a 17:00 y la entrada es gratuita.
El Río Amarillo.
Tras visitar el templo anterior y coger una calle en dirección al Río Amarillo desde este punto, por ejemplo la Calle Dazhong, llegamos a este increíble y caudaloso río, uno de los más importantes y representativos de China, que con sus 5.464 kilómetros, es el segundo más grande de este país, y el sexto del mundo.
Originario de las montañas Bayan Har de la provincia de Qinghai en el oeste de China, fluye a través de nueve provincias y desemboca en el mar de Bohai en el este.
Desde la antigüedad, Lanzhou ha sido un importante puerto a orillas del río Amarillo. Las alfarerías de Majiayao y la cultura Qijia desenterradas, pertenecientes a las últimas etapas de la cultura Yangshao, representan cómo la sociedad de esa época realmente había entrado en una nueva fase. Lanzhou es también la única capital provincial de China donde el río Amarillo atraviesa toda la ciudad.
Mi esposa y yo estuvimos en esta ciudad un domingo (en mayo de 2021), y había una gran algarabía. Y era curioso como estando a miles de kilómetros de España, sus ciudadanos pasaban el tiempo con una tradición muy similar, que era comiendo pipas de girasol, acompañada de té o cerveza.
Templo de la Nube Blanca (Templo de Baiyun)
Tras caminar unos pocos kilómetros por el Río Amarillo, que ya con esa distancia ya nos haremos una idea de lo que significa este río para la ciudad, llegamos al Templo de la Nube Blanca.
El templo taoísta de Baiyun es un lugar sagrado importante para los taoístas, que también es la base oficial de las asociaciones taoístas de Gansu. Como uno de los tres templos famosos de Lanzhou, el templo taoísta de Baiyun se construyó por primera vez en 1837, durante la dinastía Qing, y terminó de construirse en cuatro años.
Hoy en día, el templo taoísta de Baiyun sigue siendo un lugar popular para el culto. Muchos monjes todavía visten la ropa taoísta y mantienen los peinados tradicionales de estilo taoísta.
Al entrar por la puerta principal, se verá una estatua de Lv Dongbin y otra estatua del Emperador de Jade, la deidad suprema del taoísmo.
El horario de apertura es de 7:30 a 18:30 y el precio de la entrada, es de 10 yuanes (poco más de un euro).
El Puente Zhongshan
Regresando de vuelta por el camino inicial y a fin de atravesar el Río Amarillo para la otra orilla, llegaremos al Puente Zhongshan, quizá el icono de la ciudad.
Antes de su construcción, había un puente barco llamado Puente Zhenyuan, que había sido construido en 1398. En 1907, ingenieros de Bélgica, Alemania y Estados Unidos, junto con trabajadores locales, construyeron conjuntamente el puente de hierro resistente y duradero.
En honor a Sun Yat-sen (1866-1925), el padre ideólogo de la República China, el puente pasó a llamarse Puente Zhongshan en 1942 y ha sido testigo de las vicisitudes a lo largo del río Amarillo durante el siglo pasado.
El Parque de la Montaña de la Pagoda Blanca (Parque Baitashan)
Y tras cruzar el anterior puente sobre el caudaloso Río Amarillo, llegamos a otra gran zona de esparcimiento de la población local, el Parque de la Montaña de la Pagoda Blanca. Como su nombre indica, el nombre de este parque se debe a una pagoda blanca situada en la cima de dicha montaña, que fue construida en la dinastía Yuan (1271-1368), y tiene una altura total de 17 metros. Aunque, casualidades de la vida, realmente la pagoda no es de color blanco, sino más bien color arena.
La Pagoda Blanca, en lo alto de la cima |
Vista de dicha pagoda (en lo más alto), desde la otra parte de la orilla del Río Amarillo |
En comparación con otras pagodas budistas, la Pagoda Blanca tiene una forma muy singular. La mayoría de las pagodas budistas son una combinación de dos características estructurales principales: una torre de varios pisos en la parte inferior; y un techo en forma de cuenco invertido en la parte superior. La Pagoda Blanca invierte este diseño, ya que su torre de varios pisos se basa en la parte superior de un enorme segmento en forma de cuenco invertido, que a su vez está sostenido por un gran pedestal Sumeru que descansa sobre una base cuadrada. Desde lo alto de la pagoda, los visitantes pueden disfrutar de una impresionante vista panorámica de Lanzhou y el campo circundante.
A nosotros, no nos dio tiempo para llegar arriba para verla, en la que también se puede disfrutar de unas hermosas vistas de Lanzhou aunque tampoco es necesario llegar a la cima, para ver buenas panorámicas.
Indicar que también, existe una serie de templos a lo largo del camino, que ya nos da una idea de la magnitud e importancia de esta montaña.
Asimismo, indicar que en este parque, se encuentra el restaurante que habíamos recomendado, nada más pasar el Puente Zhongshan.
Y aquí termina nuestra crónica de la ciudad de Lanzhou, que nos sorprendió muy gratamente. Sin duda alguna, puerta de muchos lugares impresionantes a visitar en la provincia de Gansu, probablemente muchos turistas usen esta población como un rápido y fugaz paso por ella.
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