Esta extraña situación ha originado que, por ejemplo, desde febrero de 2020, no hayamos salido al extranjero (ni siquiera de visita a ver nuestros familiares, a España), ya que ante los grandes requisitos que se pide al volver a China, con numerosas pruebas PCR y al llegar aquí, una cuarentena estricta que, en las peores condiciones, llegó a ser de 21 días para los residentes de Pekín, pues pocas ganas daban de volver.
También, los numerosos fallecidos que hubo en Occidente y en muchos aspectos, la nefasta gestión a la hora de controlar la pandemia, pues preferíamos estar en China, que en todo momento nos sentimos seguros. Eso lo corrobora los pocos muertos relativamente que ha habido en este país y que la gran mayoría de los decesos, se produjo durante las primeras semanas que se propagó el virus, en Wuhan. O para bien o para mal, aquí hemos vivido en una galaxia totalmente distinta en muchos aspectos.