Seúl
es una ciudad vibrante, con mucho que ver y sobretodo, una mezcla perfecta
entre tradiciones y antigüedad por un lado y por otro lado, vanguardismo,
innovación y modernismo.
Para
empezar por lo primero, sin duda, lo más recomendable es visitar sus cuantiosos
palacios que hay en la ciudad. Dichos lugares, aparte de observar su belleza,
también nos dará una idea de su historia, muy enlazada con China.
A la hora de planificar la visita a dichos palacios, hay que tener muy en cuenta sus horarios y sus días de apertura ya que no son homogéneos y por tanto, no es recomendable ir a la aventura porque nos podremos encontrar con dicho lugar cerrado y por tanto, con la consiguiente pérdida de tiempo. Aunque teniendo en cuenta lo relativamente barato que son los taxis en esta ciudad (una carrera media no cuesta más de cuatro euros, o 5.000 wones) y con lo hermosa y ordenada que es esta urbe, pues bueno, el paseo se hará más agradable para trasladarse a otro lugar.